lunes, 6 de marzo de 2017

Cerró los ojos y sopló las velas

Cerró los ojos y sopló las velas, era su no cumpleaños pero el pastel se merecía soplar y pedir un deseo. Vivir eternamente, ¿eso era posible?Cada mañana se levantaba con dolor, pero a lo largo de la mañana intentaba positivarse, vitaminarse y remineralizarse. No siempre lo conseguía antes del mediodía. Está bien, pondría tropecientas mil alarmas y un gallo si hacía falta, se levantaría temprano y empezaría el día con energía, y así a las 12 podría sentarse al sol a reír, porque aun estaba viva.

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